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Pink Pony Power: Chappell Roan y la Revolución del Pop Queer

  • Foto del escritor: Karla Navarrete
    Karla Navarrete
  • 31 mar
  • 2 Min. de lectura

Chappell Roan no es solo una cara bonita con un beat pegajoso: es la nueva reina del pop alternativo, una visionaria que está rompiendo las reglas del juego con pelucas neón, letras sin filtro y una autenticidad que desarma.


Nacida como Kayleigh Rose Amstutz en Willard, Misuri, esta artista comenzó su historia en YouTube subiendo covers con apenas 14 años. A los 16, escribió su primera canción original, “Die Young”, que la llevó directo a firmar con Atlantic Records. Pero como todo cuento tiene giros inesperados, el sello la dejó en 2020 tras no obtener el éxito esperado. ¿Su respuesta? Independizarse y lanzar un himno queer brillante: “Pink Pony Club”. No fue un éxito inmediato, pero la historia apenas comenzaba.


Después de años construyendo una base sólida entre la comunidad LGBTQ+ y fans del pop más auténtico, Chappell lanzó su primer álbum en 2023: “The Rise and Fall of a Midwest Princess”. Synth-pop, drama, glitter y mucho corazón. El álbum no solo fue aclamado por la crítica, sino que la catapultó al radar global.


En 2024, con su poderoso sencillo “Good Luck, Babe!”, la rompió en plataformas y festivales. Su presentación en Coachella fue todo lo que podías esperar de una diva moderna: teatralidad, vulnerabilidad y energía drag de alto voltaje.


Ya en 2025, Chappell Roan hizo historia al ganar el Grammy a Mejor Artista Nuevo. Su discurso fue un grito de guerra por salarios justos en la industria y una prueba más de que no está aquí solo para entretener, sino para transformar.


Pero más allá de los premios y las luces, lo que hace a Roan verdaderamente especial es su compromiso con su comunidad. Ha sido una aliada visible y ruidosa por los derechos LGBTQ+, una voz segura en un mundo que a veces castiga lo diferente. Su reciente sencillo “The Giver”, una balada country con temática lésbica, ha sido elogiado por artistas como Chely Wright y ha consolidado su lugar como narradora queer del momento.


Hoy, mientras vive una relación sentimental que ha mantenido con humor y honestidad, Chappell no se detiene. Su estética sigue desafiando géneros y su música nos recuerda que la vulnerabilidad también puede brillar con lentejuelas.


En un mundo que intenta encasillar a las estrellas, Chappell Roan es la excepción: una Midwest Princess que se coronó sola.

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